Friday, March 28, 2014

En primera fila
                          LA CFE y el Congreso, noticia
                                                           Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
         Con la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) involucrada en ambos casos, los temas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y del Congreso de Quintana Roo volvieron a ser noticia esta semana, principalmente en el caso del segundo que, con la reciente aprobación de la controversial Ley de Ordenamiento Social, puso de cabeza a medio mundo a través de las redes sociales.
         Vayamos por parte. En el caso de la paraestatal, ahora resulta que, en votación dividida, la segunda sala de la Corte resolvió que no podemos recurrir al Juicio de Amparo contra los cobros que consideremos excesivos por el servicio de luz, con un argumento risible, pero creíble: Los recibos emitidos por la CFE “no son autoridad” y, por ende, no procede el Amparo.
Esto implica que, dada la improcedencia del Amparo, los usuarios tampoco podemos solicitar la suspensión provisional del cobro de luz que consideremos abusivo en tanto se verifica si es justificable o no el pago del monto reclamado.
En este sentido, nos veremos en la necesidad de pagar y posteriormente formular el recurso administrativo correspondiente para determinar la cantidad de dinero que deberemos erogar realmente por el servicio, en el ámbito de la Procuraduría Federal del Consumidor llamado “revisión de carga de energía”, que no es otra cosa que calcular el consumo con la revisión del tipo de aparatos electrodomésticos del afectado.
Esto implica que si la Comisión incurrió en algún cobro excesivo, éste no se devolverá al usuario sino que se aplicará como “saldo a favor” en cobros posteriores.
La resolución de la Corte fue producto de una contradicción de tesis de varios magistrados federales del país que, con criterios opuestos, resolvieron quejas contra la CFE a partir de la nueva Ley de Amparo, es decir, que los recibos del cobro de luz sí podrían considerarse actos de autoridad y, en consecuencia, utilizarse para promover un juicio de amparo.
Ahora bien, ante la modernización del sistema legal de todo el país la SCJN se ha involucrado prácticamente y pronunciado en torno a la mayoría de los temas, excepto en los más álgidos, como es el caso de la controvertida reforma energética, sobre cuya constitucionalidad, según nos enterábamos hace unos momentos, determinó improcedente pronunciarse, tal y como le plantearon los senadores del PRD Manuel Camacho Solís, Mario Delgado y Alejandro Encinas.
La determinación de la Corte fue haberse adelantado los perredistas al procedimiento estipulado en el artículo 35 constitucional, ya que acudieron directamente a la SCJN en lugar de recurrir primero al Congreso de la Unión y al IFE para validar el proceso y agotar las instancias, ya que, tras aprobarla el Instituto, el Congreso -único autorizado constitucionalmente para convocar las consultas populares-, debe solicitar a la Corte una resolución sobre la constitucionalidad del tema.
Lo cierto es que el caso quedó en “veremos”, tal y como ha quedado el caso de la constitucionalidad de diversas expresiones ciudadanas que, permitidas por la Constitución, su práctica ha generado las más diversas muestras de expresión, contrarias y a favor, particularmente en análisis de sus formas, que no del fondo, ya que la libertad de expresión  se considera una de las prácticas más sagradas en todos los tratados de derechos humanos.
Así, la Ley de Ordenamiento Social, aprobada por los diputados priístas y sus aliados de la XIV Legislatura de Quintana Roo -la rechazaron el PAN, PRD y PT-, de inmediato fue objeto de las más severas críticas por parte de amplio sector de la población, aunque otro sector más se congratuló porque en el fondo regulaba las manifestaciones públicas, que en meses anteriores provocaran tantos problemas.
 Sin abonar nada a favor de la citada Ley, más que la decisión del gobernador Roberto Borge en el sentido de posponer su publicación para ponerse en vigor, creemos que todo mundo está en su pleno derecho de manifestar libremente sus ideas. Nadie, absolutamente nadie está en contra de ello, aunque también se impone exigir evitar hacerlo en perjuicio del derecho ajeno.
Muy probablemente al igual que Usted, no fuimos los únicos en perder amigos en redes sociales -a algunos nosotros les dimos de baja por su grosera intransigencia-, ante la diversidad de opinión sobre el problema magisterial de hace unos meses, cuando invadió Quintana Roo gente con antecedentes penales movilizó a los maestros y obligó a otros más al cierre de escuelas, bloqueo de calles y carreteras y provocó enfrentamientos.
¿Cómo estar a favor de libres “manifestaciones” de esa índole, donde se secuestran instituciones, convierten en rehenes a verdaderos profesionistas e instituciones, alteran la educación de nuestros hijos y utilizan niños en marchas y frentes de batalla? Digan lo que digan jurisconsultos y adalides de la libertad de expresión, no existe ninguna lógica entre los entuertos legales y el sentido común. 
La propia Biblia dice en Gálatas que “lo que el hombre sembrare, eso cosechará,” lo que cobra vigencia con cada ocasión de alguna manifestación y se aduce que en un Estado democrático la libertad de expresión no debe restringirse. Cierto, todo ciudadano tiene la libertad de expresar sus molestias y lo que considera injusto, pero el conflicto está en la manera como lo pide.
Muchas veces éste se une al desorden, rebelión y actos de violencia por confundir libertad con libertinaje y sin querer aceptan que el libertinaje es la corrupción de la libertad, aunque, en honor a la verdad, es más sorprendente observar a políticos y educadores -que deben ser ejemplo del buen vivir, una saludable convivencia, respeto y control de sí mismos- ser protagonistas del desorden y actos de violencia.
Hay mucha tela de dónde cortar y abusar de su paciencia sobre el tema, aunque por hoy, a falta de jurisprudencia de la SCJN, el Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena opina que el tema de manifestaciones, plantones y bloqueos de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y para terminar con ello se trata de un problema de seguridad pública que, por ejemplo, en el caso del Distrito Federal, corresponde resolver al gobierno capitalino, pero éste no lo ha querido utilizar.
         Según explicó, “existen bases legales aprobadas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación para usar la fuerza pública sin violentar los derechos humanos de los manifestantes… y dio lineamientos muy claros para todas las autoridades públicas de cómo usar o cómo se debe de usar la fuerza pública en esas situaciones (…) Entonces, existen lineamientos; en mi opinión existe la base, el fundamento legal para ejercer la fuerza pública y establecer el orden en ese tipo de situaciones” (sic) ¿Será diferente el caso de Quintana Roo?

(Permitida la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita del nombre de su autor)
        
*Luis Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco avecindado en Chetumal, Quintana Roo, con más de 36 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como Jefe de Información de dos ex gobernadores y tres presidentes municipales, y publicado tres libros.


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Tuesday, March 25, 2014

En primera fila
                         ¡Pactos tras una gubernatura!
                                                   Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
         Prácticamente peleado con medio mundo desde mediados de su periodo como coordinador de la XIII Legislatura, el presidente municipal de Othón P. Blanco, Eduardo Espinosa Abuxapqui, colocó la semana anterior una nueva pesada losa en sus aspiraciones por alcanzar la gubernatura de Quintana Roo, tras una criticada reunión con representantes de la revista Luces del Siglo.
         Calificada ésta como acérrima enemiga del gobernador Roberto Borge Angulo, la entrevista del munícipe con los periodistas, ante los que se habría quejado contra el Jefe del Ejecutivo, levantó los más variados comentarios en torno al objetivo del evento, aunque también sirvió de escenario para las más variadas especulaciones.
         La reunión ocurrió el miércoles anterior, con ocasión de la instalación de las Comisiones Consultivas en Materia Turística del Estado, en un evento al que también asistieron los alcaldes de Solidaridad, Benito Juárez, Cozumel, Tulum e Isla Mujeres, donde, de acuerdo con algunas crónicas, destacó un aparentemente afectuoso saludo Espinosa Abuxapqui-Borge Angulo.
         Pero, vaya, el caso es que la mayoría de los medios calificó posteriormente la reunión del munícipe con los periodistas como una deslealtad del alicaído funcionario, quien habría dicho estar harto del primer mandatario, con quien, por cierto, volvió a encontrarse públicamente hace unos días como si nada hubiera ocurrido, con ocasión de la entrega de vehículos del Gobierno del Estado al Ayuntamiento.
         En el caso munícipe quizá se le haya visto un tanto nervioso, no así al gobernador, que no suele evidenciar públicamente contrariedad alguna y se guarda para sí sus afectos y corajes, más en el caso de estos últimos que, disfrazadas generalmente con una sonrisa y un discurso político, a cualquiera obliga a pensar exactamente lo contrario.
         Ignoramos que tanto le contraríen los cotidianos comentarios de Luces del Siglo como para enojarse por la reunión con el controvertido Espinosa Abuxapqui, quien no dudamos que haya buscado el hombro de dos reporteros para desahogarse, ya que, irónicamente, contra lo que se pudiera pensar, la política no le ha servido para hacerse de amigos o adeptos, sino para ganar enemigos.
         Ahora bien, la pregunta obligada es si tendrá suficientes motivos para estar molesto con su homólogo municipal. La respuesta conlleva una pregunta: ¿A quién no contrariaría un colaborador que, en lugar de dedicarse a trabajar, esté dedicado a buscar la manera de convertirse en su sucesor, o bien en desquitarse por haber sido derrotado en la partida inicial?
         Y es que, contra lo que suponen sus incondicionales, a quien fuese tan vanagloriado en su primer periodo como presidente municipal capitalino -pese a que Chetumal no es todo Othón P. Blanco, y no todo éste es Quintana Roo-, no le quita el sueño la gubernatura, al menos no por el momento, ya que su meta inmediata es retornar al Congreso de la Unión para los “amarres” necesarios.
         En efecto, Eduardo -perdió el “don” desde la XIII Legislatura- no supo hacerse de los contactos políticos para trascender políticamente en la Cámara de Diputados, cuando su sueño era la de Senadores, lo que le valió perder una peleada candidatura junto con otro político yucateco, que también buscará de nueva cuenta esa ansiada posición.
         Ya lo adivinó Usted. Nos referimos al ex alcalde de Playa del Carmen, el subsecretario federal de Turismo Carlos Joaquín González, otro político al que se ha señalado insistentemente como enemigo irreconciliable de Borge Angulo, contra quien suele despotricar, desde luego tras bambalinas: Tira la piedra y esconde la mano, o bien “centavea” -algunos prefieren llamarle “maicear”- para que otros lo hagan.
         Lo cierto es que, ante un despistado trabajo de “inteligencia” de Borge Angulo, cuyo titular, Isaías Capeline Lizarraga, sólo le sirve para llenarle de humo la cabeza, los eventuales sucesores del mandatario han comenzado a pactar para evitarle impulsar a quien decida convertir en su “delfín”, para lo cual Espinosa Abuxapqui ha decidido declinar a la candidatura.
         Contra lo que se supone, el favorecido no es ningún político sureño, sino Carlos Joaquín, con quien de unos meses a la fecha ha sumado “esfuerzos” para calentarle la cabeza al gobernador, el más notorio de ellos el sonado problema magisterial, solo que, mal asesorado, al regordete munícipe le salieron mal las cosas, y el tiro por la culata.
         No obstante, la alianza continúa y, lo que es peor, ¿sabe quiénes se han sumado a ella? Son varios, pero el más asqueroso de ellos es el ex alcalde de OPB, el mitómano Carlos Mario Villanueva Tenorio, a quien, mínimo, se le debería ver libremente por las calles, ¡pero con una pulsera electrónica para evitar su fuga!
         En efecto, el soberbio hijo el ex gobernante preso del mismo nombre ha comprometido el apoyo de “la gente de su padre” para la candidatura de Carlos Joaquín, lo que, sin embargo, negoció a cambió de impunidad ante la administración de Espinosa Abuxapqui, quien ha cumplido su parte, y exculpado públicamente a quien hoy ofrece asesoría a políticos para evadir la cárcel ¿Y con este tipo de “negocios” nos pretende gobernar? Creemos que, entre político y empresario, ¡Sería un magnífico cantante!

(Permitida la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita del nombre de su autor)
        
*Luis Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco avecindado en Chetumal, Quintana Roo, con más de 36 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como Jefe de Información de dos ex gobernadores y tres presidentes municipales, y publicado tres libros.

Saturday, March 22, 2014

En primera fila
                         ¡“Pirata” de la Unidad del Vocero!
                                                                Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*
         Aunque cada uno con múltiples facetas, no cabe duda de que cada gobernante de Quintana Roo ha tenido su especial forma de ejercer el poder, alguno de ellos bastante extremista y otros con un estilo muy peculiar que, en términos generales, tras sus primeros tres años de administración, obligan a cualquiera a llegar a consideraciones suficientemente obvias.
         Por ejemplo, si nos remontáramos al análisis del sexenio de Miguel Borge Martín cualquiera lo calificaría como “débil”, entre otros, en el sentido de que dejó hacer y deshacer libremente a sus colaboradores de primer nivel, lo que, ante la presión de la opinión pública y los medios de comunicación, le orilló a la mitad de su periodo a cambiar a más de la mitad de ellos.
         El más cuestionado de ellos, el ex gobernador Félix González, quien dejara de cabeza a Quintana Roo y con una impagable y sospechosa deuda pública, prácticamente ejerció el poder del mismo modo que su paisano cozumeleño, ya que dejó hacer libremente lo que quisieron sus colaboradores, sobre todo en el “arte” de fabricar sospechosas fortunas, aunque, a diferencia de aquél, “controló” a la prensa.
         Pero no sólo eso, ya que más allá de no haber tenido más que uno o dos comunicadores “amigos”, no realizó prácticamente ningún cambio en su equipo, con el que simplemente se dedicó a realizar “enroques”. Es decir, hacía como que castigaba a alguno de ellos y éste hacía como que era castigado. Jamás practicó el “descarte” político.
         Quizá quien gobernara con la mística de ejercer el poder a plenitud, a sabiendas de que el poder sirve para ejercerse -aunque hasta hoy pague las consecuencias de sus excesos-, fue el chetumaleño preso Mario Villanueva Madrid, quien tenía tal control sobre su equipo, que nadie podía hacer contratación alguna sin su consentimiento, asómbrese Usted, secretarias inclusive.
         Era tanto su poder, que incluía a los entonces siete municipios del Estado, donde permitía gobernar a los alcaldes, pero fiscalizaba plenamente los recursos, a grado tal que permitía a los munícipes nombrar a sus tesoreros, pero el padre del tristemente célebre mitómano edil de Othón P. Blanco se encargaba del nombramiento de sus Contralores, ¡y éstos sí que no servían sólo de “adorno” como hoy en día!
         No incluimos en la lista a los primeros dos mandatarios -Jesús Martínez Ross y Pedro Joaquín Coldwell, respectivamente- porque llegamos a Quintana Roo durante el penúltimo año de gobierno de este último, aunque en el caso de Joaquín Hendricks Díaz, con un poco de todo, la principal característica de su mandato fue el respeto de las “formas”.
         Ahora bien, en el caso que hoy nos ocupa, creemos que el gobernador Roberto Borge tiene un poco de todo, sobre todo en el caso de sus colaboradores, a los que ha otorgado toda su confianza, con un voto que, contra todo sentido común, le ha valido las más variadas críticas por mantenerlos, con la nada honrosa excepción de la ex titular de la Secretaría de Educación, Sara Latife Ruiz Chávez.
         En efecto, el mandatario la mantuvo hasta donde le fue posible y sólo la removió al verse obligado a  hacerlo, sin ninguna otra alternativa para que el mundo no se les cayera encima a ambos, ante la histórica rebelión magisterial que afectaba a medio mundo, y se debió negociar una brillante salida, dicen, para convertir a la cozumeleña en “aviadora”.
         Lamentablemente, el de la ex funcionaria no es caso único de consentidos, ya que incluye al hasta hoy secretario estatal de Seguridad Pública, el innombrable funcionario coahuilense, cuyos “plateados” no  han servido para nada, así como al director de Gobernación, Isaías Capeline Lizarraga, reciente huésped de “El Torito” de Cancún y, para variar, el titular de la Unidad del Vocero, Rangel Rosado Ruiz.
         Coordinador de la dependencia durante el sexenio de Félix González con Jorge Acevedo Marín, aquél inició este sexenio junto con Borge Angulo, aunque, a diferencia del hoy titular del SQCS, no sólo se ha dedicado a viaticar, presumir su burocratismo y contratar espacios de publicidad en los medios de información, sino a “castigar” lo que él califica como rebeldía de periodistas que no publican lo que él quisiera y como él quisiera.
         Para ese efecto, Rangel Rosado ha utilizado las más variadas “técnicas”, la “piratería” de cuentas y correos electrónicos la más socorrida, la más reciente del portal informativo Educosas, cuya dirección en Twitter “hackeó” hace unos días y obligó al titular de ésta, nuestro colega Roberto Cano, a utilizar una cuenta similar, aunque también ha intervenido otros correos.
         A su servidor también lo hizo víctima de esa mala forma de venganza desde hacía hoy 11 días, lo que nos había impedido “subir” nuestra acostumbrada columna diaria “En primera fila” a Facebook, ya que al principio éste se negaba a aceptar nuestra contraseña. Accedió por una sola vez el día 14 y al día siguiente nos avisó de una suspensión por un supuesto exceso de envíos de invitaciones para agregarnos y que califica como “acoso”.
         Nada más falso que eso, ya que de nuestros más de mil cien seguidores podríamos contar hasta con los dedos a las personas que les solicitamos una solicitud de amistad. El resto - gracias por su preferencia-, se nos ha agregado día con día, paulatinamente, por la confianza en nuestras consideraciones editoriales, muchos de ellos recomendados por quienes nos siguen cotidianamente, sin necesidad del esperado “me gusta”.
         Lo único cierto es que “En primera fila” no hemos tratado tan bien que digamos a la mayoría de los colaboradores del Gobierno del Estado, entre ellos Rangel Rosado, aunque no precisamente el mandatario es responsable de ello, excepto en el exceso de confianza a su equipo, ya que, en nuestro caso y de otros periodistas, casi podríamos asegurar que se trata de decisiones personales del “pirata” de la Unidad del Vocero, único con los motivos y medios necesarios… ante su falta de recursos periodísticos.

(Permitida la copia, publicación o reproducción total o parcial de la columna con la cita del nombre de su autor)
        
*Luis Angel Cabañas Basulto, periodista yucateco avecindado en Chetumal, Quintana Roo, con más de 36 años de trayectoria como reportero, jefe de información, editor y jefe de redacción de diversos medios de información, también ha fungido como Jefe de Información de dos ex gobernadores y tres presidentes municipales, y publicado tres libros.


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